Esta palabra traducida del griego original “mantener su lugar, permanecer quieto o imperturbable”. Se refiere no solamente a una quietud exterior durante situaciones angustiosas, sino mucho más, tener una perfecta paz interior que proviene del conocimiento de que Dios tiene el absoluto control y está obrando para bien.
Estad quietos, y conoced que yo soy Dios; seré exaltado entre las naciones; enaltecido seré en la tierra
Sal. 46:10
Cuanto más desarrolle una mujer su relación con el Señor, será más capaz de estar quieta y apacible en medio de la tormenta; no se levantará de ese asiento de paz para huir en su espíritu de las circunstancias. Debido a que ha llegado a confiar en el Señor más plenamente, ella puede permanecer quieta y dejar a Dios obrar,
como dice 1 Pedro 3:6: “sin temer ninguna amenaza”. Una paráfrasis desmenuzada del griego sería: “quedarse calmado y no correr atemorizado de las circunstancias”.
Frecuentemente, cuando la esposa conoce las decisiones que ha tomado su esposo, siente pánico porque no está segura de que el juicio de su esposo en el asunto sea correcto. Si ella ha aprendido a confiar en el Señor, y ha desarrollado un espíritu quieto y manso, puede expresar sus preocupaciones a su marido, pero permanece en absoluta paz en caso de que él decida no tomar en cuenta su perspectiva. Esta clase de respuesta, y carácter de mujer de Dios, no se desarrolla rápidamente en la vida de la mujer. Cuando la mujer está experimentando dificultad en aceptar las decisiones de su marido, ella debe pedirle que ore por ella para que pueda entrar al reposo de Dios. Esto ayudará también al esposo a darse cuenta que ella desea ser diferente.
Te amo en el amor del Señor Jesús.
¡Dios te bendiga!
Pastor Wiliam Recinos.
