Una visión o llamado también nos da dirección. No podemos llevar a cabo todo lo que soñamos hacer con nuestra vida. Un niño puede soñar despierto con ser doctor, piloto, alcalde y un comandante del ejército, pero si intenta alcanzar todas esas metas, ¡probablemente no logrará ninguna de ellas! Necesitamos una visión de lo que Dios quiere hacer en nuestra vida para que podamos enfocarnos y disciplinarnos para cumplir ese plan específico de Dios.
En 2 Timoteo 2:3-4 se nos dice que un buen soldado de Jesucristo no debe enredarse en los asuntos de la vida que pudieran estorbarle para cumplir con sus obligaciones. Al igual que el arquero que apunta al centro de la diana, nosotros también deberíamos apuntar a:
La meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús
Filipenses 3:14
Cualquier cosa por debajo de esto es pecar, porque de acuerdo al significado de la palabra griega «hamartia»,¡pecar significa que hemos errado al blanco! Que el Señor nos ayude a cada uno de nosotros a no pecar y a no quedar destituidos de la gloria de Dios, sino a alcanzar la meta para la cual hemos sido creados.
Cuando el Señor nos da una revelación acerca de sus planes futuros para nuestra vida, esto puede ayudarnos a estar motivados y enfocados para prepararnos. Entonces, según con qué rapidez y grado nos preparemos, podremos calificar para entrar en una medida mayor del cumplimiento de nuestro llamamiento.
Consideremos esto desde la perspectiva de un ejército. Parte del plan de Dios es que Él está preparando un ejército espiritual que traerá avivamiento y salvación a todas las naciones. Puede que nos sea revelado que estamos llamados a ser parte de este ejército, pero entonces surge la pregunta: ¿para qué posición y recompensa estaremos preparados en ese ejército?
En los ejércitos naturales hay un sistema de rangos por el que un soldado debe pasar e ir progresando; de soldado, a cabo y finalmente a sargento. Normalmente, se requieren muchos años de preparación antes que algunos obtengan el rango de coronel o general; sin embargo, si comienza una guerra, habrá un gran número de nuevos reclutas que entrarán al ejército. A esos reclutas que no están preparados se les considerará soldados. En ese momento, los soldados más maduros serán ascendidos de rango para dirigir a esos nuevos soldados. Puede que algunos soldados experimentados sean catapultados varios rangos más arriba en un corto periodo de tiempo. En la guerra de la Revolución Americana, hubo un día en el que George Washington ¡ascendió a tres capitanes y los hizo generales!
Tu pueblo se te ofrecerá voluntariamente en el día de tu poder.
Salmo 110:3
Esto nos habla sobre el día de avivamiento, cuando multitud de personas decidirán servir al Señor.
Ellos serán como los nuevos reclutas en el ejército que tienen que empezar al principio como soldados. Sin embargo, aquellos que tuvieron una visión de enlistarse y ser entrenados mucho antes, se verán a sí mismos
preparados para ser ascendidos de rango. Puede ser que los líderes de estudios bíblicos se conviertan en pastores, y los que están ganando almas puede ser que asciendan a ser evangelistas. Por lo tanto, no queremos tan sólo esperar el día del poder de Dios para «subirnos al tren». Si Dios nos da una visión de lo que está por venir, entonces deberíamos dedicar nuestra vida a prepararnos para ello ahora. Al hacer eso, podemos asegurarnos una mayor medida de cumplimiento del llamado de Dios para que no seamos solamente cristianos de treinta o de sesenta por uno, sino que, por su gracia, seamos cristianos que dan fruto al ciento por uno.
¡Dios te bendiga!
Pastor Wiliam Recinos.