Leemos cómo necesitamos el espíritu de revelación para que

Sepamos cuál es la esperanza a que él os ha llamado

Efesios 1:17-18

A la promesa de «Cristo en vosotros»

Esperanza de gloria

Colosenses 1:27

Porque tiene un cumplimiento condicional y futuro. Dios hará su parte para que esto suceda, pero a nosotros también se nos ha dado nuestra parte a cumplir, si es que queremos entrar y obtener esta esperanza. Según vayamos entendiendo más el proceso por el cual se llevará esto a cabo, podremos convertirnos en colaboradores de Cristo y no frustrar la gracia de Dios que puede hacer que esto se cumpla.

Inicio y crecimiento

La esperanza del cristiano empieza a cumplirse en nuestra vida en el momento en que somos salvos o nacemos de nuevo. Entonces, Cristo entra en nuestro corazón por su Espíritu Santo, pero no para revelar instantáneamente todo Su poder y transformarnos para ser unos hijos de Dios perfectos, maduros y gloriosos. Si el Señor viniera en toda Su gloria y poder para mostrarle al nuevo cristiano todos los pecados e imperfecciones que tienen que ser cambiados instantáneamente en su vida, ¡sería como hacer explotar una bomba atómica bajo sus pies y querer que comprendiera lo que ocurrió! En lugar de eso, el Señor viene
a nuestra vida con benignidad y paciencia, tal como vino con benignidad a este mundo, como un bebé recién nacido en Belén. Benigna y pacientemente, el Señor comienza el proceso por el cual podemos ser cambiados de gloria en gloria a la imagen de Cristo.

Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Mateo 11:29-30

Cuando somos salvos, Efesios 1:11 nos dice que somos sellados con el Espíritu Santo. La versión Ampliada de
la Biblia (en inglés) nos dice en el siguiente versículo:

Ese (Espíritu) es la garantía de nuestra herencia (las primicias, el préstamo y adelanto, el anticipo en nuestra herencia), en anticipación de su redención completa y nuestro adquirir la posesión (completa) de ello –para la alabanza de su gloria

Efesios 1:11

Aquí leemos que la obra inicial del Espíritu Santo en la vida de cada nuevo cristiano es sólo el adelanto (las arras) de lo que Él cumplirá. Es una situación similar a una persona que da un adelanto en el pago de un auto o una casa. Adquiere la posesión legal de lo que ha comprado, pero a su vez es sólo una pequeña fracción de lo que tendrá que pagar para poseerla totalmente. De la misma manera, cuando nacemos de nuevo, el amor,
gozo y paz que experimentamos con nuestra nueva vida transformada ¡es sólo una pequeña fracción de
lo que Cristo hará más profundamente por medio de su Espíritu!

El proceso por el cual entramos en la esperanza del cristiano continúa en la medida que nuestra vida cristiana crece y madura. Estudiaremos en detalle cómo podemos trabajar y ayudar en este proceso en la Parte II de este libro. Por ahora, sólo queremos mencionar que necesitamos participar activamente en lo que Dios quiere hacer en nuestra vida. Cuando el apóstol Juan nos dice que «seremos semejantes a Él», en el siguiente versículo sigue diciendo: «Y todo aquel que tiene esta esperanza en él, se purifica a sí mismo, así como él es puro». Debemos unirnos activamente a la obra de Dios en nuestra vida, y purificarnos a nosotros mismos, para que podamos estar calificados para este supremo y santo llamamiento. Si ignoramos y menospreciamos nuestra herencia celestial, podemos ser rechazados al igual que Esaú cuando perdió su
primogenitura (Hebreos 12:15-17). Como nuestro Señor Jesús dijo, sólo aquellos cristianos que habiten en
Cristo y lleven fruto, permanecerán; el resto serán rechazados y cortados (Juan 15:1-6).

¡Dios te bendiga!

Pastor Wiliam Recinos.

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