Desde niño pensé siempre en encontrar un tesoro, a raíz de la influencia de los medios de comunicación de esa época. Escuchaba cuentos transmitidos por la radio y también miraba programas por la televisión en blanco y negro. 

Yo soñaba con ir en un camino y cavar un hueco y encontrar un cofre lleno de oro y riquezas. Ahora, han pasado 50 años y trabajo en construcción, he cavado innumerable número de huecos en la tierra y nunca he encontrado ni una sola pepita de oro. El sueño de mi infancia no fue lo que yo esperaba que fuera.

El día que me presentaron el evangelio encontré un tesoro escondido que es Cristo, nuestra esperanza de gloria. Es maravilloso saber que sin cavar huecos en la tierra, Él me hace partícipe de todas las riquezas en gloria que tiene nuestro Dios para sus hijos.

Pero hay algo mucho más hermoso y es saber que por causa del sacrificio de Cristo tenemos doble herencia. Una es en nuestro interior que es Cristo Jesús, nuestra herencia, y luego una herencia eterna reinando con nuestro padre celestial.

Después de estas cosas vino la palabra de Jehová a Abram en visión, diciendo: No temas, Abram; yo soy tu escudo, y tu galardón será sobremanera grande.

Génesis 15:1

No tendrán, pues, heredad entre sus hermanos; Jehová es su heredad, como él les ha dicho.

Deuteronomio 18:2

Y habrá para ellos heredad; yo seré su heredad, pero no les daréis posesión en Israel; yo soy su posesión.

Ezequiel 44:28

Quizás no tenemos ni $100 en nuestra cuenta de banco en este momento, pero Él nos puede sustentar, puede cubrir a nuestra familia y mantener nuestras despensas llenas. Él nos guardará, nos habrá depresión, porque la presencia de Jesús nos dará la paz de Dios. Él llenará nuestro interior; porque Jesús, nuestra herencia, ha tomado el control de nuestra vida. 

Su palabra dice: buscad  primeramente el reino de Dios y su justicia y las demás cosas serán añadidas

Más buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.

Mateo 6:33

Hermano, tenemos una herencia. Gocemos esta vida hermosa que Dios nos ha dado Para ser Su complacencia y hacer Su voluntad.

¡Aleluya!

Pastor Wiliam Recinos

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