El hombre debe esforzarse por obedecer las leyes de Dios.

Solamente esfuérzate y sé muy valiente, para cuidar de hacer conforme a toda la ley que mi siervo Moisés te mandó; no te apartes de ella ni a diestra ni a siniestra, para que seas prosperado en todas las cosas que emprendas.

Josué 1:7

Definitivamente, es indispensable la preparación del hombre en la palabra del señor. La única manera de poder nosotros imitar a Jesús es conociéndolo a él; a Josué se le dio una sola instrucción para él, su familia, su pueblo y todas las generaciones venideros. Y la misma instrucción fue dada a otros patriarcas.

Y lo tendrá consigo, y leerá en él todos los días de su vida, para que aprenda a temer a Jehová su Dios, para guardar todas las palabras de esta ley y estos estatutos, para ponerlos por obra;

Deuteronomio 17:19

Leer la palabra todos los días trae como consecuencia temer a Dios y guardar sus estatutos. El hombre debe esforzarse por buscar al Señor.

Una cosa he demandado a Jehová, esta buscaré; Que esté yo en la casa de Jehová todos los días de mi vida. Para contemplar la hermosura de Jehová, y para inquirir en su templo.

Salmo 27:4

El hombre debe de esforzarse por la comida que da vida eterna, permanece. Solo al comer la palabra de Dios, llegaremos a complacencia, al grado de vivir con gozo y la certeza de estar en la senda correcta.

Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.

Salmo 16:11

Ciertamente, el bien y la misericordia me seguirán todos los días de mi vida, Y en la casa de Jehová moraré por largos días.

Salmo 23:6

Más yo por la abundancia de tu misericordia entraré en tu casa; Adoraré hacia tu santo templo en tu temor.

Salmo 5:7

Bendito sea Jehová, Porque ha hecho maravillosa su misericordia para conmigo en ciudad fortificada.

Salmo 31:21

Porque tú, oh Dios, has oído mis votos; Me has dado la heredad de los que temen tu nombre.

Salmo 61:5

El trabajo es una bendición, ya que Dios nos da la gracia para poder desarrollarlo. A pesar de que algunos lo han visto siempre como una maldición a causa de la desobediencia. Pero al contrario, el trabajo nos hace sentirnos útiles y agradecidos porque Dios pone el querer como el hacer de las cosas. 

Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Filipenses 2:13

Ahora bien, la palabra nos aconseja no trabajar por la comida que perece, sino por aquella que permanece para vida eterna:

Trabajad, no por la comida que perece, sino por la comida que a vida eterna permanece, la cual el Hijo del Hombre os dará; porque a este señaló Dios el Padre.

Juan 6:27

El problema es que cuando nos enfocamos ser los proveedores por nuestra propia habilidad, dejamos a un lado el verdadero propósito de aquel que todo lo provee. El hombre debe de buscar la gracia del Señor para todo lo que hace. De no ser así, el conocimiento de la palabra solamente traerá exigencia, cansancio e insatisfacción, en vez de traernos paz y contentamiento.

12 Vinieron también unos publicanos para ser bautizados, y le dijeron: Maestro, ¿qué haremos?
13 Él les dijo: No exijáis más de lo que os está ordenado.
14 También le preguntaron unos soldados, diciendo: Y nosotros, ¿qué haremos? Y les dijo: No hagáis extorsión a nadie, ni calumniéis; y contentaos con vuestro salario.

Lucas 3:12-14

Dios no ignora la necesidad que tenemos, pero él es Jehová Jireh, el proveedor. Dejemos que Dios haga Su obra y nosotros encarguémonos de vivir para hacer Su voluntad.

En mi angustia invoqué a Jehová, Y clamé a mi Dios; Él oyó mi voz desde su templo, Y mi clamor llegó a sus oídos.

2 Samuel 22:7

Para que nuestro hogar sea un altar para Dios debemos trabajar en lo que él nos ha demandado. Él ha prometido que si todos los días mantenemos ese fuego encendido, nunca se apagará.

Echemos mano de la vida eterna, y caminemos en la profesión que Dios ha designado para hacer; Hombres conforme a la imagen de Cristo.

11 Más tú, oh hombre de Dios, huye de estas cosas, y sigue la justicia, la piedad, la fe, el amor, la paciencia, la mansedumbre.
12 Pelea la buena batalla de la fe, echa mano de la vida eterna, a la cual asimismo fuiste llamado, habiendo hecho la buena profesión delante de muchos testigos.

1 Timoteo 6:11-12

Jehová es la porción de mi herencia y de mi copa; Tú sustentas mi suerte.

Salmo 16:5

Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré.

Lamentaciones 3:24

¡Aleluya!

Pastor Wiliam Recinos

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