No debería sorprendernos el que algunos cristianos, en los últimos tiempos, serán conformados a la imagen de Cristo de una manera mayor y más rápida que otros. ¡Dios siempre recompensará a aquellos que lo buscan y obedecen diligentemente! Como consecuencia, a menudo ha habido creyentes que han sido persistentes con Dios y han recibido una experiencia espiritual que normalmente no estuvo a disposición de los santos hasta una época o dispensación futura.

Nosotros podemos ver esto en la vida de Enoc. Él fue un hombre que aprendió a caminar con Dios y eso lo hizo apto para entrar en algunas experiencias espirituales mucho más avanzadas que las de muchos otros creyentes de su tiempo (Génesis 5:24). Él recibió revelación sobre la Segunda Venida de Cristo (ver Judas 14-15) y fue trasladado o «raptado» al cielo (Hebreos 11:5). Sólo ahora, cuando la Segunda Venida de Cristo está cerca, la Iglesia en todo el mundo espera experimentar aquello en lo que Enoc entró hace miles de años.

David también fue un hombre que entró en las bendiciones de una época futura antes que la mayoría del pueblo de Dios. Él vivió en la era de la Ley, cuando los israelitas se acercaban a Dios por medio de sacrificios que Dios había ordenado por medio de Moisés. Sin embargo, David era un hombre según el corazón de Dios, que podía ver más allá de los rituales del Antiguo Testamento. David entró en la experiencia de la adoración y las bendiciones de la dispensación del Nuevo Pacto de la era de la Iglesia.

Sacrificio y ofrenda no te agrada; has abierto mis oídos; holocausto y expiación no has demandado

Salmo 40:6

Cuando David pronunció esta profecía, había quizá muchos sacerdotes y levitas que tendrían miedo de que su rey pudiera estarse desviando hacia una herejía. Los sacerdotes enseñaban a todo el pueblo la importancia de los sacrificios de animales y las ofrendas del Tabernáculo de Moisés. Cuando David aparentemente ignoró esas cosas e instituyó una nueva forma de adoración, por medio de cantos y música en el Tabernáculo de David, fue porque Dios le había llevado más allá de las experiencias comunes de su época. La experiencia de David con Dios fue lo que se iba a convertir en el patrón en la siguiente era de la iglesia del Nuevo Testamento, como los líderes de la Iglesia primitiva, reconocieron en Hechos 15:15-17. David estaba viviendo en la libertad y el gozo de la era de la gracia 1.000 años antes de que Cristo lo pusiera a disposición de todo el pueblo de Dios.

Otro ejemplo de este principio es la mujer sirofenicia, cuando ella le pidió ayuda al Señor Jesús, Cristo le respondió:

No soy enviado sino a las ovejas perdidas de la casa de Israel

Mateo 15:21-28.

Nosotros sabemos que fue sólo después de la cruz cuando las bendiciones del evangelio iban a ser esparcidas a las naciones gentiles. Sin embargo, debido a su fe y humildad, esta mujer sirofenicia insistió y recibió la ayuda ¡antes de que ésta fuera ofrecida a las naciones gentiles!

El apóstol Pablo fue también un hombre que vivió por delante de su tiempo. En 2 Corintios 12:2, 4 podemos ver cómo fue llevado (o raptado) al tercer cielo. Allí en el paraíso, Pablo «oyó palabras inefables que no le es dado al hombre expresar». ¡Pablo recibió revelaciones que Dios no le permitió contar! Como un hombre espiritual y muy maduro, ¡Pablo oyó y experimentó cosas que la mayoría de los cristianos no serían capaces de comprender! Incluso el apóstol Pedro dijo sobre los escritos de Pablo:

Entre las cuales hay algunas difíciles de entender

2 Pedro 3:15-16

Debido a nuestra capacidad limitada para entender la verdad y la revelación, Pablo tuvo que ser cuidadoso sobre lo que debía escribir a la Iglesia, porque algunas revelaciones no son fácilmente comprensibles aquí, durante esta era.

En Hebreos 6:5 se nos dice que algunos santos maduros han «gustaron… los poderes del siglo venidero». Eso es lo que Enoc, David, Pablo y otros experimentaron cuando tuvieron progresos espirituales que les permitieron experimentar bendiciones que estaban muy por delante de su tiempo. Sin embargo, la Palabra de Dios sugiere que este grado avanzado de «progreso» también estará disponible en estos últimos tiempos. Los cristianos «hijo varón» de Apocalipsis 12:5 claramente experimentarán niveles de bendición y autoridad que la mujer, la Iglesia en general en todo el mundo, no habrá experimentado aún. No obstante, cualquiera que se convierta en uno de los que entrarán en estas bendiciones, no podrá alardear orgullosamente de ser alguien «especial». ¡Es sólo por la gracia y misericordia de Dios que cualquiera de nosotros podrá correr una buena carrera cristiana y calificarse para las recompensas de Dios!

Por el espíritu de revelación, podemos ver más y más claramente lo que nuestro Señor está ofreciendo a Su pueblo en estos últimos tiempos. Cualesquiera que sean los versículos o las experiencias por medio de las que el Señor escoja hablarnos, necesitamos tener una visión más clara y ver la carrera que tenemos por delante. Después, podremos seguir la exhortación de Pablo:

No que lo haya alcanzado ya, ni que sea ya perfecto; sino que prosigo, por ver si logro asir aquello para lo cual fui también asido por Cristo Jesús. Hermanos, yo mismo no pretendo haberlo ya alcanzado; pero una cosa hago: olvidando ciertamente lo que queda atrás, y extendiéndome a lo que está delante, prosigo a la meta, al premio del supremo llamamiento de Dios en Cristo Jesús.

Filipenses 3:12-14

¡Dios te bendiga!

Pastor Wiliam Recinos.

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