Donde no hay visión, el pueblo se desenfrena.

Proverbios 29:18 (RVA)

Sin profecía el pueblo será disipado.

Proverbios 29:18 

Una visión produce en nosotros el querer alcanzar las cosas de mayor valor que Dios tiene preparadas para nosotros. La falta de restricciones nos hacen lentos y nos llevan a una posición en la que no tenemos una meta espiritual que perseguir.

Dios ha puesto en el corazón del hombre, el deseo de esforzarse, de tener éxito y hacer grandes cosas. Está en nuestra naturaleza:

Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoreé en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra.

Génesis 1:26

Las personas aspiran a ser atletas, políticos, celebridades o gente de importancia en el mundo. Otros buscan tener dinero y obtener todas las comodidades que vienen con esto. Pero como cristianos, nuestra visión debe estar puesta en los planes eternos de Dios.

Al obtener una visión de los planes gloriosos que Dios tiene para nuestra vida, nos damos cuenta de que las metas y planes terrenos no se comparan a los que el Señor ha preparado para nosotros. 

Pero, ¿cómo llegamos a realizar y completar tales planes? La biblia nos dice  que para ejecutar la voluntad de Dios, debemos estar dispuestos a negarnos en este mundo con tal de obtener la mayor victoria en la eternidad:

Todo aquel que lucha, de todo, se abstiene; ellos, a la verdad, para recibir una corona corruptible, pero nosotros, una incorruptible.

1 Corintios 9:25

Cuando nos hemos comprometido a una visión, haríamos cualquier sacrificio para ganar lo que deseamos. Un ejemplo de esto es la encuesta que fue realizada en uno de los Juegos Olímpicos: A los atletas que participarían en las competencias se les preguntó si estarían dispuestos, hipotéticamente hablando, a tomar una droga que les diera la capacidad para ganar una medalla de oro. Pero si tomaban esa droga, tendría efectos secundarios y eso significaría que los atletas morirían después de cinco años de haberla tomado. La mayoría de participantes admitieron que si tomarían la droga con tal de ganar una medalla de oro.

Así como estos atletas estarían dispuestos a morir por un propósito, así nosotros debemos ser motivados a entregarle nuestra voluntad y morir a nuestros deseos para alcanzar el supremo llamamiento que Dios tiene para nuestra vida.

En la parábola de la perla de gran valor, vemos esta dedicación que nos puede dar el tener una visión de algo más grande que nosotros:

45 También el reino de los cielos es semejante a un mercader que busca buenas perlas,
46 que habiendo hallado una perla preciosa, fue y vendió todo lo que tenía, y la compró.

Mateo 13:45-46

Nuestras vidas deben estar entregadas totalmente, al punto de que no nos importe deshacernos de todo lo que tenemos para encontrar y servir en el Reino de Dios.

Muchos hombres y mujeres que han dedicado su vida al ministerio del Señor, han soportado muchísimas aflicciones en este mundo para obtener las riquezas que están preparadas para nosotros. Y aun así, no están resentidos, sino agradecidos por haber tenido el privilegio de soportar las adversidades y ganar el don de una vida que agrade y se adhiera a la voluntad de Dios.

Pues tengo por cierto que las aflicciones del tiempo presente no son comparables con la gloria venidera que en nosotros ha de manifestarse.

Romanos 8:18

23 ¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces.
24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno.
25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar;
26 en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos;
27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez;
28 y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias.

2 Corintios 11:23-28

7 He peleado la buena batalla, he acabado la carrera, he guardado la fe.
8 Por lo demás, me está guardada la corona de justicia, la cual me dará el Señor, juez justo, en aquel día; y no solo a mí, sino también a todos los que aman su venida.

2 Timoteo 4:7-8

Amados hermanos, hay un glorioso futuro para todos aquellos que rindan su vida a Cristo y decidan no dejar de seguir sus pasos hasta el fin de sus días. Pidamos que se nos revele la visión eterna que hay para nosotros y seamos motivados por esa meta gloriosa a alcanzar.

¡Aleluya!

Pastor Wiliam Recinos

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