Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como habéis sido llamados a una sola esperanza de vuestro llamamiento.

Efesios 4:4 (LBLA) 

(Leer Efesios 4:1-4)

El Supremo Llamamiento no es una buena intención que todos debemos tener, tampoco es un sueño maravilloso que todos los nacidos de nuevo esperamos que un día  acontezca. No, el Supremo Llamamiento es una carrera que se debe de correr; es una guerra que se debe ganar; es una herencia que se debe conquistar. 

Si nuestro corazón busca solo las bendiciones, eso es lo que va a encontrar;

Porque donde está vuestro tesoro, allí estará también vuestro corazón.

Lucas 12:34

Lo que busquemos, eso es lo que hallaremos, lo que pidamos, eso recibiremos. 

Necesitamos pedir llegar a ser como Cristo, y debemos buscar la perfección, buscar obedecer en todo, morir a nuestra voluntad, estar crucificado juntamente con Cristo para que Cristo sea quien viva en nosotros. 

Con Cristo estoy juntamente crucificado, y ya no vivo yo, más vive Cristo en mí; y lo que ahora vivo en la carne, lo vivo en la fe del Hijo de Dios, el cual me amó y se entregó a sí mismo por mí.

Gálatas 2:20

Pero los que son de Cristo han crucificado la carne con sus pasiones y deseos. 

Gálatas 5:24

El Supremo Llamamiento es más que un conocimiento, es una revelación de Dios. 

Debemos clamar a Dios que abra nuestros ojos para seguir su propósito y no los nuestros. Cuando Dios revele en nosotros lo que significa “Cristo en vosotros la esperanza de gloria”, nuestro corazón anhelará y buscará ganar a Cristo y ser hallado en él; El Supremo Llamamiento será la visión a seguir, la meta a alcanzar y todo lo demás quedará por debajo de este llamamiento.

¡Aleluya!

Pastor William Recinos

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