El pecado que nos convirtió en ovejas descarriadas fue apartarnos para seguir nuestro propio camino (Is. 53:6). Cuando el hombre vive para sí mismo “peca” por cuanto fue creado por Dios para Dios (Ro. 11:36; Col. 1:16). Cuando el hombre vive para hacer su voluntad en lugar de la voluntad de Dios “peca”. Cuando el hombre se rinde a su propia voluntad, se rinde a sus pensamientos y deseos en lugar de rendirse a la voluntad de Dios “peca”. Es por ello la necesidad de conocer la verdadera gracia que no solo nos otorga el perdón de Dios sino también nos capacita para hacer la voluntad de Dios (1Co. 15:10; He. 13:21; Fil. 2:13).

Cuando el hombre retorne a Dios, se convierta de sus malos caminos, deje sus malos pensamientos (Is. 55:7), cuando el hombre se niegue a sí mismo, cuando tome su cruz cada día para seguir a Cristo, cuando viva para Dios, andando en el espíritu, no satisfaciendo los deseos de la carne, cuando por la gracia de Dios ame la justica y aborrezca la maldad, obedezca los mandamientos de Dios y viva bendiciendo al Señor en todo tiempo con un corazón agradecido, cuando viva para alabarle y adorarle en espíritu y en verdad, apartados de todo pecado, verdaderamente encontrará en la presencia, la plenitud de gozo y las delicias de Dios.

Esto no se alcanza de la noche a la mañana, pero por Su gracia es posible alcanzarlas, Su Palabra dice:

Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo. Fiel es el que os llama, el cual también lo hará

1 Ts. 5:23-24

Y el Dios de paz que resucitó de los muertos a nuestro Señor Jesucristo, el gran pastor de las ovejas, por la sangre del pacto eterno, os haga aptos en toda obra buena para que hagáis su voluntad, haciendo él en vosotros lo que es agradable delante de él por Jesucristo; al cual sea la gloria por los siglos de los siglos.

Hebreos 13: 20-21

Y a aquel que es poderoso para guardaros sin caída, y presentaros sin mancha delante de su gloria con gran alegría, al único y sabio Dios, nuestro Salvador, sea gloria y majestad, imperio y potencia, ahora y por todos los siglos.

Judas 1:24-25

Porque Dios es el que en vosotros produce así el querer como el hacer, por su buena voluntad.

Filipenses 2:13

Debemos creer y experimentar que aquello que es imposible para los hombres, posible es para Dios (Lc. 18:27). La gracia de Dios no solo es favor divino, también es capacitación divina nos transformará para ser hechos conforme a la imagen del Hijo de Dios, y nos permitirá realizar y cumplir con el ministerio que hemos recibido del Señor Jesús, por ello es que Pablo el ministro de la gracia llegó a expresar: bástate mi gracia, básicamente está diciendo ya no quiero hacer mi voluntad, me rindo a cumplir tu voluntad o Dios todopoderoso. Aleluya!

Te amo en el amor del Señor Jesús.

¡Dios te bendiga!

Pastor Wiliam Recinos.

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