El salmista dijo:
Bienaventurado el hombre que tiene en ti sus fuerzas, en cuyo corazón están tus caminos. Atravesando el valle de lágrimas lo cambian en fuente… Irán de poder en poder; verán a Dios en Sion
Salmo 84:5-7
Esto habla al cristiano del Nuevo Testamento sobre la necesidad que tenemos de que nuestros corazones estén centrados en obtener la meta de estar delante de Dios en su trono en el cielo. En medio de todas las lágrimas de nuestro peregrinaje terrenal, Dios puede consolarnos, refrescarnos y levantarnos cada vez más alto. Si nuestro corazón está fijo en obtener una herencia eterna en su trono, podemos ir de fortaleza en fortaleza y de gloria en gloria hasta que aparezcamos delante de Dios en la Sión celestial. Como dijo nuestro Señor:
Al que venciere, le daré que se siente conmigo en mi trono, así como yo he vencido, y me he sentado con mi
Padre en su trono.Apocalipsis 3:21
Te amo en el amor del Señor Jesús.
¡Dios te bendiga!
Pastor Wiliam Recinos.