Un pacto es muy diferente de un contrato que las personas pueden hacer y romper entre ellos. El contrato se rompe si una de las partes falla en mantener los “términos del acuerdo”. Cuando las personas hacen un pacto, hacen un voto de cumplir ciertos deberes. Si uno de los pactantes no cumple su parte, el pacto no se rompe.
Cada uno de los que han hecho ese voto continuará siendo responsable de cumplir lo que ha prometido, sin importar la falla en que incurra la otra persona. Nuestro Dios es un Dios hacedor y cumplidor de pactos. Él establece el matrimonio entre un hombre y una mujer por el pacto que ellos hacen. En los votos matrimoniales no hay “si…” de excepción.

Siendo ella tu compañera, y la mujer de tu pacto

Mal. 2:14

En consejería matrimonial le recordamos a cada uno la responsabilidad de cumplir sus propios votos. Raramente, cuando alguien viene en busca de consejería matrimonial dice: “no estoy cumpliendo lo que prometí a mi cónyuge. ¿Puede darme la instrucción que ME ayude? Casi todas las sesiones de consejería comienzan así: “MI esposa/o está fallando en esto y esto”. ¿Qué puedo hacer para cambiarla/o?” Si nos enfocamos en las promesas que nos juramos en nuestro pacto matrimonial, Dios derramará gracia
abundante (ayuda divina) para ayudarnos a cumplir nuestra parte.

Con mayor frecuencia la gente está entrando al santo matrimonio con una actitud a la ligera y falta de seriedad: “si no funciona, rompemos el compromiso y empezamos de nuevo”. Ponga atención a esta fuerte llamada de atención de:

Cuando a Dios haces promesa, no tardes en cumplirla; porque él no se complace en los insensatos. Cumple lo que prometes. Mejor es que no prometas, y no que prometas y no cumplas. No dejes que tu boca te haga pecar, ni digas delante del ángel, que fue ignorancia. ¿Por qué harás que Dios se enoje a causa de tu voz, y que destruya la obra de tus manos?

Eclesiastés 5:4-6:

Cuán importante es darse cuenta de la seriedad de los votos que establece el santo matrimonio. Los votos que nos hacemos no son solamente entre los dos, sino también ante Dios. Parte de los votos que hacemos en el matrimonio dicen: “para bien, o para mal”, este es el concepto escritural de los votos matrimoniales. El profeta Oseas se casó con una mujer infiel llamada Gomer. Aunque Gomer quebrantó el pacto matrimonial con adulterio, Oseas fue fiel a los votos que hizo. La vida de este profeta fue un mensaje para mostrarle a Israel la fidelidad de Dios hacia ellos, pese a que ellos no habían cumplido su parte del pacto con Él. La vida y matrimonio de Oseas son también ejemplo para nosotros de que debemos tratar de guardar los votos del santo matrimonio.

ORACIÓN:
Padre celestial, por favor dame la gracia para entender la importancia de mis votos matrimoniales. Que pueda entender MIS responsabilidades hacia Ti y hacia mi cónyuge, y hallar la gracia para cumplir esos votos. Amén.

Te amo en el amor del Señor Jesús.

¡Dios te bendiga!

Pastor Wiliam Recinos.

Similar Posts

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *