Muchas personas han confundido la grandeza que tiene Dios como Jesucristo y la posición de grandeza que Dios le dará a los cristianos.

Nosotros, como hijos de Dios, siempre estaremos en una posición debajo de Jesús. Debemos tener cuidado con los dos extremos de la religiosidad: 

  • Uno, nos dice que estamos al mismo nivel que Jesús, como si nosotros fuéramos dioses. 
  • El otro, nos dice que no podemos ser hijos de Dios, porque eso es herejía y blasfemia, pues solo hay un hijo de Dios, y ese es Jesús.

Ambos extremos no toman en cuenta toda la Palabra de Dios y lo que se nos enseña acerca de nuestro lugar ante Dios.

A quienes Dios quiso dar a conocer las riquezas de la gloria de este misterio entre los gentiles; que es Cristo en vosotros, la esperanza de gloria,

Colosenses 1:27

Debemos tener presente el plan de Dios y cómo Él desea ejecutarlo. Solamente Jesús es exaltado sobre todos los hombres, no hay ningún otro humano que pueda estar sobre Él.

Estas son las maneras en las que Jesús es más que solo otro hijo de Dios:

1 – Jesús es directamente hijo de Dios. Fue, es y siempre será el Hijo de Dios, desde su concepción.

Y aquel Verbo fue hecho carne, y habitó entre nosotros (y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre), lleno de gracia y de verdad.

Juan 1:14

Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Lucas 1:35

Nosotros fuimos concebidos por humanos que nacieron con la naturaleza caída, al igual que sus padres antes de ellos. Somos adoptados y considerados hijos de Dios por medio de Jesús que nos otorga el nuevo nacimiento. No es por nuestros propios atributos ni naturaleza.

En amor, habiéndonos predestinado para ser adoptados hijos suyos por medio de Jesucristo, según el puro afecto de su voluntad,

Efesios 1:5

Pues no habéis recibido el espíritu de esclavitud para estar otra vez en temor, sino que habéis recibido el espíritu de adopción, por el cual clamamos: ¡Abba, Padre!

Romanos 8:15

2 – Jesús vivió una vida sin pecado.

Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.

2 Corintios 5:21

Respondiendo el ángel, le dijo: El Espíritu Santo vendrá sobre ti, y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por lo cual también el Santo Ser que nacerá, será llamado Hijo de Dios.

Lucas 1:35

A diferencia de nosotros, Jesús nació, creció y vivió toda su vida sin cometer ni un solo pecado.

He aquí, en maldad he sido formado, Y en pecado me concibió mi madre.

Salmo 51:5

Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.

Romanos 5:12

3 – La biblia dice que Jesús es el primogénito (el primero), entre muchos hermanos.

Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

Romanos 8:29

Él siempre será nuestro hermano mayor. No existía ningún hijo de Dios antes de Él y nunca pudo haber existido alguno, si no hubiera sido por Su sacrificio en la cruz.

4 – Jesucristo descendió del Cielo (su hogar) a la Tierra.

Nadie subió al cielo, sino el que descendió del cielo; el Hijo del Hombre, que está en el cielo.

Juan 3:13

Porque he descendido del cielo, no para hacer mi voluntad, sino la voluntad del que me envió.

Juan 6:38

Sabiendo Jesús que el Padre le había dado todas las cosas en las manos, y que había salido de Dios, y a Dios iba,

Juan 13:3

Nosotros hemos nacido en la tierra. Este es nuestro lugar de origen, a diferencia de Cristo, quien primero estuvo en el Cielo, a la diestra de Dios. Nuestros cuerpos nacen en la tierra y mueren en la tierra. Y solo por medio de Jesucristo, nuestros espíritus pueden llegar a estar en el Cielo al final de nuestras vidas.

Con el sudor de tu rostro comerás el pan hasta que vuelvas a la tierra, porque de ella fuiste tomado; pues polvo eres, y al polvo volverás.

Génesis 3:19

Y así como hemos traído la imagen del terrenal, traeremos también la imagen del celestial.

1 Corintios 15:49

Nuestro llamado no es llegar a ser dioses, nunca lo fue. Lo que debemos buscar con todo el corazón, es llegar a participar de la naturaleza de Dios. Y lo conseguiremos únicamente por medio de Su misericordia.

Este privilegio es mucho mayor de lo que alguno de nosotros nos hubiéramos podido imaginar. Pues nos hace herederos de una porción de la gloria del Señor, incluso cuando originalmente no somos dignos de tal regalo.

¡Aleluya!

Pastor Wiliam Recinos

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